La ciudad de Budva, en la costa de Montenegro se ha convertido en un centro de vacaciones internacional donde ya no sólo llegan turistas en verano, si no que muchos extranjeros han invertido comprando su casa de verano, o incluso su primera residencia, especialmente nórdicos, rusos y ucranianos.
El incremento de infraestructuras turísticas, entre las que destacan los hoteles resorts, restaurantes, apartamentos, bares y discotecas ha servido para dinamizar la economía local y ubicar Budva en el mapa de los destinos de playa en el Mediterráneo.
Qué ver en Budva
La zona antigua de Budva, el Stari Grad es un hervidero de vida, donde su aspecto con arquitectura claramente Mediterránea, se forma en torno a su recinto amurallado circundado de los bastiones medievales del siglo XV, y puertas de acceso que nos conducen a callejuelas con pequeñas tiendas donde se venden souvenirs o ropa de moda, y a las diminutas plazas donde apenas caben unas mesas para montar un bar o restaurante con encanto. Hoy fusionada con la costa, parece ser que el Stari Grad fue una isla frente a la costa que se unió con la sedimentación y los esfuerzos humanos en una península.
Junto a la iglesia de la Santa Trinidad se yergue la Ciudadela, cuyas excavaciones sacaron a la luz restos de la necrópolis griega certificando que también albergó la acrópolis y ciudad helena, mucho antes que los venecianos levantaran los muros para defenderse de la amenaza otomana. En el interior de la ciudadela una pequeña librería custodia mapas y escritos seculares, siendo la amplia terraza escenario del festival anual de teatro, cuya fama internacional ha crecido gracias a la calidad de sus eventos, conciertos y espectáculos.
Frente a la ciudadela del Stari Grad se divisa la Isla de Sveti Nikola (Isla de San Nicolás), donde los restos de un antiguo convento se esconden entre la vegetación.
La alternativa cultural de Budva son los paseos por el centro histórico, donde podemos ver la evolución urbanística de las callejuelas al estilo veneciano que discurren entre los muros. Del mismo modo se puede aprovechar para visitar el museo de la ciudad Budva, que abierto en 2003 y que explica cronologicamente en un palacio del siglo XIX, los sucesos históricos que la marcaron. La colección de objetos griegos, romanos, bizantinos y eslavos procede de excavaciones (llevadas a cabo entre 1957-58; y tras el terremoto de 1979), como los pendientes de oro y un broche con un águila que sostiene un niño entre sus garras, asociado al mito griego de Zeus y Ganímedes. El mito o leyenda de la formación de Budva menciona al fenicio Cadmus que tras el exilio de Tebas alcanzó la costa montenegrina con su esposa Harmonia y fundaron la colonia griega.
Iglesias
Son varias las iglesias de interés en Budva, concentradas en la zona vieja de Stari Grad en torno a la plaza de Trg Između Crkava, comenzando por la de Sant’Ivan (San Juan), del siglo VII, con frescos e iconos obra de pintores venecianos que entre los siglos XV y XVII decorados la iglesia. Fue catedral hasta 1828 cuando la diócesis se trasladó a Kotor y su Virgen de Budva es un icono venerado tanto para católicos como para ortodoxos.
Inmediatamente a su lado esta la Iglesia de la Santísima Trinidad, de 1804, con la tumba del escritor Stjepan Mitrov Ljubisa. La piedra rosa y color miel se va alternando en esta iglesia ortodoxa.
Por último, la iglesia de Santa María in punta, edificada por los benedictinos en el siglo IX, y que no suele ser visitable, lo mismo que la iglesia de San Sava.
Budva se ha convertido en el referente de la Fiesta en Montenegro, en competencia con Ibiza o Mykonos, buscando un hueco entre el turismo de nuevos ricos que aparcan su yate en el puerto deportivo, y de discotecas ( las más famosas son Fresh, Raffaelo, Renaissance, Miami y Trocadero) y desenfreno nocturno, especialmente en verano donde como decíamos el turismo ruso incrementa la fiebre festiva, y la población local casi se multiplica por diez.
Playas de Budva
Animadas y con gran presencia de turistas, las playas de Budva, Jaz al norte y Bečići al sur, pese a estar en las afueras son sin duda las mejores opciones para bañarse. De acceso más complejo pero de gran belleza es la playa de Mogren detrás del acantilado al norte del Stari Grad, a la que se accede por un sendero.
Playa de Bečići
Sus dos kilómetros de largo la convierten en la elegida para los turistas que viajan a Montenegro para unas vacaciones de playa, ya que en la línea costera detrás de la arena y las palmeras se hallan algunos de los principales hoteles de Budva, como el hotel Splendid, donde su casino es meta de profesionales llegados de todo el mundo; o el Hotel Mediteran que tiene el único parque acuático de Montenegro, el Akva Park Mediteran.
Playa de Jaz
La cercana playa de Jaz, recurrente escenario de festivales musicales en verano, y una de las playas más frecuentadas de Montenegro, a diez minutos en coche de Budva sin duda ha contribuido a consolidarlo como destino. De hecho, al haberse librado (al menos hasta el momento) de las construcciones hoteleras que se asoman a las playas de Budva y Bečići, son numerosos los fieles a esta playa. El parking en verano es de pago y está permitido acampar en el camping, incluso con autocaravanas, si bien es cierto que sus instalaciones son básicas.
Alrededores de Budva
Casi fuera del área urbana de Budva se halla el monasterio de Podmaine, cuya alternancia de piedra rosácea y color miel recuerda a la Iglesia de la Santa Trinidad en el centro histórico. Los frescos del interior aluden al día del Juicio Final, con un curioso personaje de un oficial comunista que lleva una estrella roja en el uniforme. A unos dos kilómetros de Podmaine se llega al monasterio de Podostrog, antigua residencia de los «vladikas», medio príncipes medio obispos montenegrinos; y lugar donde Pedro II Petrović Njegoš, una de los políticos y poetas más celebres del país escribió su obra «La montaña coronada», precisamente en el mismo sitio donde su predecesor sufrió los acontecimientos que se narran en el libro. El complejo de templos tiene iglesias que van desde el siglo XII al XVIII.
La conocida como Riviera de Budva la componen casi 40 km de costa, con 17 playas, la mayor parte de arena, y con puntos de interés como Becici, Milocer, la isla de Sveti Stefan, Petrovac, Jaz, Mogren, Slovenska Plaza, Kamenovo, Przno o Kraljicina Plaza. Los enclaves de Sveti Stefan y Miločer son de hecho establecimientos privados de lujo sólo al alcance de los más ricos o famosos, siendo habitual que acudan en vacaciones cantantes y artistas de Hollywwod.
Su clima y temperaturas mediterráneas hacen disfrutar de su verano cálido y de un invierno templado con raras precipitaciones que la convierten ideal para disfrutar del sol.
Tours y actividades para hacer en Budva
Ademas de disfrutar de sus playas y las terrazas y bares en verano, hay muchas actividades náuticas en Budva como excursiones en Kayak o barco.
Cómo llegar a Budva
La carretera de costa que sigue paralela al mar Adriático permite el acceso tanto por el norte llegando de Tivat (el aeropuerto más cercano que está a unos veinte km) y Kotor, como el sur. El aeropuerto de Tivat tiene vuelos regulares internacionales y numerosos charter llegan en verano; mientras que en la capital, Podgorica, a casi 70 km hacia el interior hay conexiones de vuelos a las principales ciudades europeas (no así a España). La carretera hacia Podgorica tiene dos opciones, via Cetinje o por el tunel de pago de Sozina.
Hay conexiones en barco a Herceg Novi junto a la frontera con Croacia y a Ulcinj al sur.
Oficina de turismo de Budva
En la oficina de Mediteranska 8/6 (zgrada TQ Plaza) podemos obtener información y mapa de Budva.